Con motivo del Día Internacional de las Mujeres Rurales celebrado el pasado 15 de octubre, desde eComercio Agrario y el proyecto MujerAGRO queremos ser la voz de muchas mujeres que dedican su día a día al campo; una actividad esencial. Por ello, entrevistamos a Natalia Sanz Alonso, una joven madrileña que deja su profesión como técnica de calidad en un laboratorio para hacer lo que más le gusta; la ganadería familiar.
Por Bárbara Aguayo Martínez, periodista agroalimentaria. (@BarbaraAguayoM3)
De trabajar en un laboratorio farmacéutico como técnica de calidad a a dedicarse al cuidado de vacas, ovejas y cabras en La Cabrera, uno de los pueblos más emblemáticos del norte de la Comunidad de Madrid. ¿Qué fue lo que le impulsó a este cambio de vida?
Mi principal impulso fue el dar continuidad al trabajo realizado por la familia de mi marido y poder disfrutar de la crianza de los animales al tiempo que mis hijas conocieran y disfrutaran de los valores del campo. Aún siendo un trabajo al que hay que dedicar muchas horas, puedo disponer de tiempo para estar con ellas cuando no tienen colegio. Después de este tiempo dedicado al campo, si me dieran a elegir el volver a trabajar en una oficina, diría que no, que me quedo donde estoy.
No es nada nuevo afirmar desde MujerAGRO, que la falta de suficiente relevo generacional es uno de los hándicaps más importantes que tiene el sector agrario europeo con un déficit de jóvenes que quieran dedicarse a esta actividad profesional. ¿Qué supone para usted la participación de sus hijas de 12 años en el mundo de la ganadería?
La falta de relevo generacional ha llevado al sector a una situación algo “preocupante” que pone en riesgo la continuidad de la profesión en la demarcación. La realidad es que las explotaciones tienen dificultades para tirar hacia adelante y eso ha hecho que el modelo tradicional, que pasaba de padres a hijos, haya cambiado.
En mi caso, ver la dedicación de mis hijas en esta actividad profesional es todo un orgullo. Siempre les digo que tienen que estudiar lo que les guste y si luego quieren volver, ya tienen el trabajo medio hecho, ya que ahora están sentando las bases para si en un futuro quieren seguir con la ganadería.
Podría hablarnos del proyecto que están intentado poner en marcha bajo el nombre “ser ganadero por un día” ¿Cuál es el objetivo y en qué consiste?
El objetivo que nos queremos marcar es que la gente conozca que el campo es más que un sitio para ir a pasear. Queremos que nos conozcan, conozcan nuestra forma de vida y que sobre todo entiendan de dónde y cómo se producen los alimentos que consumen.
El proyecto consiste en venir a pasar una mañana con nosotros y con las ovejas y realizar las labores propias de una granja: dar de comer, ver el estado de los animales, si hay algún corderito que lo necesite, darle biberón, etc. Queremos también contar un poco de historia de La Cabera y luego un almuerzo. Creo que puede ser una actividad muy enriquecedora sobre todo para los niños.
¿Cómo es su día a día?
Lo primero es llevar a mis hijas al colegio y luego subo a la granja a atender al ganado. Una vez que he realizado las principales tareas con respecto al cuidado del ganado, me voy a casa a hacer algo de papeleo (que nunca se acaba).
Mi día combina mis labores como ganadera con el cuidado de mi casa y mis hijas.
El proyecto MujerAGRO pretende ser una RED profesional de mujeres y hombres con vocación de empoderamiento de la MUJER AGRO PROFESIONAL en el sector agroalimentario con el fin de potenciar visibilidad a más mujeres agroprofesionales. ¿Cuál es su opinión acerca de estos proyectos?
Creo que cualquier acción que de visibilidad a la mujer agroprofesional es maravillosa, ya que en la mayoría de los casos el papel desempeñado por la mujer es fundamental en las explotaciones y no está reconocido como tal.
Proyectos como MujerAGRO son necesarios para poner en valor y ensalzar la figura de las mujeres dentro del sector. La creación de los premios me parece una buena iniciativa para dar visibilidad también a las mujeres más vulnerables, promoviendo la integración sociolaboral de mujeres en riesgo de exclusión social y con discapacidad dentro del sector agroalimentario y el medio rural.