Esther Ruiz De Santiago, responsable de Sostenibilidad en Patatas Meléndez, aconseja a las mujeres jóvenes que “sean valientes” porque el sector primario “no es un trabajo de hombres”
“Lo de que el campo es un mundo de hombres es una tontería. Eso ya no pasa”. Esther Ruiz De Santiago, responsable de Sostenibilidad de Patatas Meléndez, tiene claro que el sector primario es menos atractivo que otros para generar un proyecto de vida. Por eso, aconseja a las mujeres jóvenes que se encuentran en el momento de orientar su carrera profesional que “sean valientes” y que apuesten por esta opción porque “también tienen cabida y un lugar”. “Nuestras abuelas ya estaban en el campo antes que nosotras”.

Esther Ruiz De Santiago es un ejemplo de ello. Sin una vocación definida, se graduó en Ciencias Ambientales y, posteriormente, cursó un master de Sistemas Integrados de Gestión. De familia de agricultores y ganaderos, vio en el sector agroalimentario una oportunidad y, en su caso, en Patatas Meléndez un aliado para un progreso profesional que le ha llevado, en tan sólo cinco años, a pasar de laboratorio a responsable de Sostenibilidad, en una función laboral que supone un “mix” entre este departamento y el área de Calidad.
“Lo más importante es que las mujeres tengan claro que éste no es un trabajo de hombres”, ha aconsejado Ruiz De Santiago que, sin embargo, reconoce que el ámbito rural conlleva complicaciones de todo tipo. Desde los estrechos márgenes de beneficios con los que trabajan los profesionales del sector a la falta de apoyo por parte de las administraciones. Todo ello hace que sea “complicado mantenerse” en el sector. No obstante, considera que la clave es “no echarse para atrás”.
Eso y el empeño por “hacer las cosas de la mejor manera posible” y sacar a relucir las “ganas de trabajar”. Con “ganas, empeño e implicación”, Esther Ruiz De Santiago lleva cinco años formando parte del equipo de Patatas Meléndez, una compañía destinada a la comercialización de patatas y otros productos, asentada en Medina del Campo (Valladolid), que cuenta con una plantilla de unos 250 empleados y que comercializa más de 180.000 toneladas cada año.
Lo principal es invertir en formación” para que las mujeres puedan tener también en el mundo rural un ámbito de desarrollo personal
Esta licenciada en Ciencias Ambientales compagina funciones en el área de Calidad de la empresa, que supone una “prioridad“, en un momento en el que el cliente es cada vez más exigente y que obliga a estas empresas a cumplir con ciertas especificidades y a trabajar directamente con el productor en busca de la mejor materia prima.
“Sin agricultores no podríamos tener el producto de calidad que tenemos”. Por eso, la finalidad es ofrecer al consumidor el mejor de los productos. “El cliente quiere calidad y nosotros queremos dar calidad. Las patatas no son tornillos, son alimentos”, ha señalado Ruiz De Santiago.
Si una cuestión importante es “trabajar desde el inicio de la cadena de valor”, la misma consideración tiene otra parte fundamental del proceso, cada vez más presente en la realidad de compañías como Patatas Meléndez. Esther Ruiz De Santiago es responsable de Sostenibilidad, un área desde donde se gestionan, entre otras, todas las medidas necesarias para mitigar la huella de carbono y garantizar los recursos hídricos.
Actualmente se encuentra inmersa en un proyecto para analizar el impacto de la huella de carbono en el proceso de producción y comercialización de la patata, que se trabajará directamente con agricultores de Castilla y León y de Andalucía. “Trabajamos directamente con ellos explicando los beneficios que conlleva. Conocer la huella de carbono que se produce en el proceso mejora las prácticas agrícolas y el ahorro de dinero en la campaña”.
Otra de las preocupaciones es el agua. Desde el punto de vista de que “nadie puede controlar el cambio climático”, la investigación para el ahorro de los recursos hídricos es una obligación. Para ello, en Patatas Meléndez, desde el departamento de Sostenibilidad de Esther Ruiz De Santiago, implementa soluciones como procesos de recirculación del agua utilizada en el lavado del tubérculo.
“Cada día descubrimos una cosa nueva que podemos hacer. Esto no ha hecho más que empezar”, ha enfatizado esta joven que ha orientado su carrera profesional al sector primario y al mundo del campo después de haber cursado una de las llamadas carreras STEM donde las mujeres acceden con dificultad. Eso sí, para ella “lo principal es invertir en formación” para que las mujeres puedan tener también en el mundo rural un ámbito de desarrollo personal.
Patatas Meléndez es una de las empresas Certificadas como Empresa por la Igualdad – MujerAGRO