Ayer se celebró el III Foro de la Mujer Rural en Palma del Río, en el Espacio Creativo y Cultural Santa Clara. El evento, organizado por la Delegación de Igualdad del Ayuntamiento de Palma del Río, contó con la participación de la alcaldesa de la localidad Matilde Esteo Domínguez y la diputada parlamentaria Beatriz Jurado Fernández de Córdoba, quienes destacaron la importancia del papel de la mujer en el entorno rural.

Matilde Esteo Domínguez destacó que “eventos como estos, lo que persiguen es ayudar a todas las personas con los mensajes que escuchamos de las propias mujeres”. En su caso, destacó que siempre ha elegido lo que ha querido ser y en esa libertad, transmite esa misma pasión a las mujeres, “para que no elijan el dejar de trabajar” y puedan en cualquier momento, sentirse ilusionadas, con ganas de trabajar y con la independencia que un trabajo aporta.

Asimismo, señaló que las mujeres en el mundo rural, pueden desarrollar todas y cada una de sus capacidades, y en caso de los jóvenes, “es necesario el compromiso de luchar juntos para que se sientan capaces y deseosos de trabajar en el mundo rural, que tantas posibilidades y perspectivas ofrece a nivel profesional y personal”. En esta misma línea, quiso hacer un inciso para señalar que “es un trabajo que compete a las distintas administraciones, el trabajar para ofrecerles formación y recursos y que todas las mujeres podamos contar con las herramientas necesarias que nos permitan trabajar donde realmente queramos”.
Las mujeres en el ámbito rural, aportamos y podemos aportar mucho, para lo que la conciliación real es muy necesaria en igualdad de oportunidades y para seguir avanzando para estar presentes en todos los ámbitos y “lleguemos a donde tenemos que llegar, por capacidad”. Según Esteo, “es importante que las mujeres nos apoyemos entre nosotras, para sentirnos respaldadas, en el desempeño de nuestro papel, sea cual sea el ámbito en el que decidamos trabajar”.
Por su parte, Beatriz Jurado Fernández de Córdoba, destacó que su objetivo siempre ha sido ser agente activo para cambiar el mundo, y que siempre se ha sentido “afortunada por ser mujer y poder desarrollar su labor en cargos de responsabilidad, donde está rodeada de hombres, con grandes capacidades también, pero, que no siempre es una realidad, porque no todas las mujeres han tenido las mismas posibilidades de ser lo que quieran ser”. Bien por su entorno familiar o por la propia sociedad. Algo que “hay que conseguir cambiar, para que las salidas laborales y las recompensas económicas sean las mismas, seas hombre o mujer”.
Entre las ponentes estuvieron presentes también otras mujeres, que en el ámbito rural desempeñan trabajos muy diferentes, algo de lo que se sienten profundamente orgullosas, y por el camino recorrido al tener la posibilidad desde su ejemplo, de animar a otras mujeres que quieran sentirse desarrolladas.

Raquel Sánchez Nieto, maquilladora profesional y formadora, afirmó que en un alto porcentaje, profesionalmente se ve en la obligada a trabajar fuera de su entorno, algo que tiene asumido y que le apasiona, y que “siendo parte del mundo rural está orgullosa de ello, que a pesar de las dificultades encontradas, estando por encima del género, tu capacidad, que es la que se demuestra día a día, de lo que eres capaz de hacer y desarrollar.
Inma Maya Velázquez, mecánica de helicópteros, destacó que era la única mujer mientras se formaba para ser mecánica y hoy también en el trabajo, en un entorno de 150 personas; algo que la ha hecho “más fuerte y más consciente, de que su capacidad es la misma, a pesar de que la sociedad aún antepone el género, cuando se refiere al hecho de que un trabajo esté mejor o peor, y donde las oportunidades deberían ser las mismas, así como la valoración de la persona, acorde al trabajo que realizas y no dependiendo de que seas hombre o mujer”.
Cele Caro Ortiz, trabajadora en un almacén de manufactura de cítricos, hizo referencia a que “el mundo rural le ha aportado mucho y que ha trabajado con gusto, sin pesar y con la misma ilusión del primer día”. Con 65 mujeres a su cargo asegura que “gracias a su trabajo, sus hijas han podido estudiar y salir adelante” y eso es un orgullo.

Para finalizar, Chari Cobos Mérida, especialista en proyectos tecnológicos sostenibles, hizo alusión a las ventajas de vivir en el mundo rural y poder contar con “un entorno favorable, donde la familia y los vecinos forman un equipo importantísimo, para que la conciliación -en su caso-, sea real y le haya permitido desarrollar sus proyectos y seguir haciéndolo”.
Todas ellas compartieron en este marco, sus experiencias, a la par que inspiraron a las asistentes con sus vivencias y conocimientos en diversos campos en los que desarrollan su actividad.