Lina Feria Márquez, ingeniera técnica agrícola, trabaja en Onubafruit desde el año 2021. Dedica su trabajo a la búsqueda y desarrollo de nuevas variedades de fresa en esta cooperativa de segundo grado, contribuyendo significativamente a la innovación en este sector.
La estrategia Onubafruit, comercializadora de referencia en fruta de calidad, destaca por su compromiso con la inclusión y el empoderamiento de las mujeres en el sector agroalimentario. En esta entidad, el trabajo de Lina y de muchas otras mujeres es un claro ejemplo de cómo la igualdad de género potencia la excelencia en la agricultura, gracias al compromiso de un equipo profesional y con visión innovadora. Nos cuenta su experiencia en esta entrevista para MujerAGRO.
Lina, ¿cuándo comenzaste a trabajar en Onubafruit?
Me incorporé a la empresa en febrero de 2021, casi en plena pandemia. Recuerdo esos primeros meses como muy complicados debido a las circunstancias que vivimos y al papel tan importante que representó el sector agroalimentario. Me conocían de otras empresas anteriores y me contrataron por mi experiencia.
Sois un equipo formado por profesionales jóvenes que aportáis ese toque innovador tan importante para la empresa. ¿Cuántas mujeres hay en el área de I+D?
Yo trabajo en la finca experimental. El equipo del departamento técnico lo formamos cinco personas, tres hombres y dos mujeres. Tenemos una plantilla bastante equilibrada en los puestos de operarios y en el departamento de calidad también hay varias mujeres.
Los socios de las cooperativas siguen siendo mayoritariamente hombres. ¿Has tenido que demostrar en un mayor grado tu profesionalidad por ser mujer o existe un trato entre iguales?
En estos tres años en Onubafruit, y anteriormente, durante mi trayectoria, he visto cómo la presencia femenina ha ido avanzando en el sector agroalimentario, haciéndose más equitativa y numerosa. Cuando comencé a trabajar, la presencia de mujeres en el asesoramiento técnico agrícola era muy inusual y notabas que te trataban, al principio, con ciertas dudas. Sin embargo, con el tiempo, las mujeres nos hemos ido consolidando y cada vez hay más en puestos cualificados, siendo consideradas referentes en este ámbito. Estamos en una etapa de mayor reconocimiento y respeto a nuestra profesionalidad. La situación ha mejorado significativamente desde que empecé hace quince años.
¿Qué crees que podríamos hacer entre todos para que se normalizara aún más la presencia de la mujer en este sector?
La clave está en trabajar, trabajar y trabajar. La mejor manera de alcanzar la igualdad es seguir evolucionando, luchando e imponiéndonos a base de profesionalidad. Así iremos avanzando y logrando un puesto cada vez más aventajado. Aunque al principio no había muchas mujeres en puestos de gerencia o como CEO en este sector, ahora ya las hay. Las cooperativas y empresas están siendo gestionadas por mujeres de manera efectiva. Poco a poco se va normalizando y será usual ver a una mujer al frente de estas empresas. Hay que conseguir esta equidad y reconocimiento por nuestra valía profesional, por nuestra formación y capacidades. Aunque todavía queda un poco de techo de cristal en este sentido, pero creo que lo iremos superando.
Lina, ¿qué dirías a chicas jóvenes que piensan en tu trabajo, por ejemplo, el de una ingeniera agrónoma, y ven limitación por el hecho de ser mujer?
En Onubafruit, todos los años tenemos estudiantes en prácticas de módulos medios y superiores, así como de formación técnica de Huelva. Siempre recurrimos a personas en formación para que conozcan la producción y el funcionamiento de la empresa. En esta labor, intentamos inculcar a las jóvenes que disfruten de esta profesión y la vivan con pasión, porque si te gusta lo que haces, al final, lo demuestras y te valoran por tu valía. Si normalizas que eres una mujer y te ves como una profesional más, creo que realmente al final te valoran y equiparan. Al principio puede que te cuestionen, pero conforme avanzas, te reconocen. Lo importante es mostrar tu profesionalidad, independientemente de ser mujer u hombre.
Habrá chicas jóvenes que no se atrevan a empezar en una ingeniería técnica agrónoma, donde hay tanta presencia masculina. ¿Qué consejos les darías?
Les diría que el techo te lo pones tú misma y puedes llegar a ser lo que quieras. Hace veinte años, cuando entré en la universidad, en las primeras clases, me dijeron que las mujeres en el campo no pintaban nada. Nos preparaban, sobre todo, para trabajos en calidad de almacén o de administración. Y mira dónde hemos llegado muchas de nosotras, tanto en el asesoramiento en campo como en la investigación, hemos tenido acceso a todo. Por eso siempre digo que no hay que tener limitaciones. Hay que luchar, trabajar y conseguir lo que te propongas. Imagínate lo que han cambiado las cosas en estos veinte años, cada día vemos a más mujeres en el sector. Y aún nos queda mucho por avanzar.