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“En Campos de Granada hemos trabajado la igualdad desde un enfoque natural, orgánico, sin imposiciones legales”

por MujerAGRO
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En el sector agroalimentario, cada vez más mujeres asumen roles de liderazgo, rompiendo barreras y contribuyendo a una mayor equidad. En esta ocasión, entrevistamos a Paula Spa Martín directora del departamento de Personas en Campos de Granada donde se incorporó 2011. Paula junto a su hermana Lucía ocupan puestos clave en la empresa, apostando por un modelo de gestión inclusivo y profesional. Asegura que cuando empezó el sector estaba altamente masculinizado, algo que por suerte está cambiando, pero en el que aún queda mucho camino por recorrer.

Desde hace años, junto a tu hermana formáis parte del Consejo de Dirección de la compañía. ¿Cómo ha sido este camino para ti?

Ha sido un proceso muy natural. En nuestra familia nunca ha habido distinción entre mi hermana y yo, y mi hermano. Se nos ha educado y mostrado la realidad profesional de este sector, con independiente de nuestro sexo. Y aunque nosotros lo hemos visto y vivido como algo muy natural, no siempre es así. Estamos en un sector que históricamente está muy masculinizado y con una vertiente machista muy grande.

Yo entré en la empresa en 2011. En ese momento en la oficina había dos mujeres, mientras que, en la central de manipulación, casi todas eran mujeres. Es decir, la mujer sí está presente en el sector, pero sin puestos de responsabilidad. En nuestro caso, poco a poco hemos ido trabajado en planes de igualdad e integración, pero siempre desde un enfoque natural, orgánico, sin imposiciones legales y adaptándonos a la evolución de la propia sociedad.

La igualdad no hay que imponerla, hay que buscar la equidad. En este sentido, ¿crees que se está produciendo un cambio real en el sector agroalimentario?

Se ha avanzado muchísimo. Yo recuerdo ir a mis primeras ferias y eventos hace unos años y era muy común encontrar actitudes claramente machistas, como hombres chiflando, espectáculos de bailarinas haciendo bailes sensuales, ¡horrible! Afortunadamente hoy la situación es distinta. Cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad, y este cambio no se ha dado por imposición, sino porque la sociedad ha evolucionado y las empresas han comprendido el valor de la diversidad en sus equipos. Pero, aún queda mucho por hacer.

¿Siempre tuviste claro que querías trabajar en el sector agroalimentario?

No, de hecho, yo he centrado mi formación profesional por el área de la cooperación, centrándome mucho en las personas y en los proyectos. Se que ahí está mi valor añadido, en mi capacidad de gestionar a personas y liderar a equipos.  Cuando regresé a España, tras mi paso por Colombia en proyecciones de cooperación, comencé a trabajar en Campos de Granada mientras terminaba mi tesis. Con el tiempo, descubrí que me apasionaba la gestión de estos equipos y el liderazgo en la planta de producción. Me di cuenta de que aquí podía aportar mucho, y, sobre todo, seguir creciendo profesionalmente.

Actualmente, junto con tu hermana Lucia, formáis parte del Consejo de Administración de la compañía. ¿Cómo es la estructura de liderazgo en la empresa?

En este caso tenemos a Javier Jiménez que es el Director General de empresa, luego el Consejo de Dirección con un Presidente que es Fernando Vázquez y dentro de ese consejo de dirección estamos mi hermana y yo. Si que es verdad que tenemos puestos directivos importantes, pero no dirigimos la empresa solas.

¿Como animarías a las jóvenes que dudan en incorporarse a este sector? ¿Qué papel crees que juega la mujer en el agro?

No se trata solo de animar a las mujeres jóvenes, sino de abrir el sector a todas aquellas mujeres que quieran participar independientemente de la edad o experiencia previa. Por lo general hay muchos sectores que están masculinizados en la industria, al igual que hay muchos que están muy feminizados. Aún existen áreas muy masculinizadas, como el departamento comercial, pero también sectores donde la mujer tiene un papel predominante. La clave es trabajar por la equidad y generar oportunidades sin imponer asignaciones de género, sino apostando por el talento.   

Además de promover la presencia de mujeres, ¿qué otros retos crees que enfrenta el sector agroalimentario?

Uno de los grandes desafíos es la conciliación, de hecho, en nuestro Plan de Igualdad incluimos más políticas de conciliación que las que marca la ley. A nivel de trabajo yo hace años que no siento esa discriminación, como mujer, pero desde que fui madre sí. Muchísimo y muy claras, además. He sufrido el machismo de amigos o de familiares míos que entienden que los cuidados son solo de la mujer. Necesitamos empresas más humanas, porque cosas tan simples como la crianza sigue siendo un reto en nuestra sociedad. Por ello es fundamental que las empresas y centros educativos adopten medidas reales para favorecer la conciliación de todos sus empleados. Y que los hombres empiecen a solicitar los permisos de conciliación y se trabaje en la corresponsabilidad real. La mujer aporta un valor muy importante al sector, porque permite una gran complementariedad en los equipos, aportando visiones y enriqueciendo la toma de decisiones. El haber equipos mixtos no es una decisión, sino que yo lo veo como una necesidad.

Este año 2025, es el año de la igualdad en Campos de Granada. Ya habéis realizado una jornada innovadora en el sector. ¿Qué otros proyectos tenéis en marcha?

Empezamos el año homenajeando a Marina Cortés de la Torre, que es la cofundadora de la empresa. Era un referente en Carchuna, una mujer con una gran capacidad de matriarcado, de liderar, de generar la comunidad, un rasgo muy femenino. Por eso mismo, al ser una mujer muy mujer que tenía una gran capacidad y de ir codo a codo con su marido, fueron capaces de emprender en el proyecto que tenemos hoy en día.

Hemos seguido con el Laboratorio de Movimiento, un espacio de exploración sensorial y creativa donde las asistentes pudieron habitar su corporalidad de manera consciente y poética. Las dinámicas trabajadas, centradas en la cartografía corporal, la creación de movimientos compartidos y la poética de lo cotidiano, permitieron abordar de manera íntima y creativa la relación del cuerpo con el trabajo, la historia y la identidad femenina.  El 10 de abril hicimos una fiesta en el Aljibe de Torrenueva, donde se celebró el taller, donde las mujeres van a explicar su cuerpo y como se sintieron con el taller.

También tenemos que trabajar y avanzar en la integración de las mujeres más vulnerables, tanto por violencia machista como por condición de género.

Personalmente, no creo en la lucha violenta dentro del feminismo ni en ningún movimiento social. Estoy convencida de que los grandes cambios en la sociedad solo pueden lograrse desde la moderación, el diálogo y la voluntad de integrar, no de confrontar.

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